BRINDIS POR PIERROT (1985), a solas sí... pero viviendo la vida, gozándola


Cuando mi amigo y melovinilómano Dalton Hyco salvó de la defenestración algunos de los vinilos que más le habían marcado de la sala de música de sus abuelos, jamás pudo imaginar tras prestármelos a la espera de adquirir un plato en condiciones, que un servidor pondría en lo más alto un oscuro ejemplar que exuda música uruguaya por todos sus márgenes.

Fue tal la fascinación que a ellos siguieron múltiples conversaciones, audios zigzagueantes y una suerte de buceo amateur por esa trinidad rítmica charrúa que es Tango, Murga y Candombe. Incluso quise rematar esas apreciaciones con otro paisano desplazado, Dani de la croissantería Avril que entre alfajor y buen café fue sumergiéndome en diversas latitudes de la música popular del paisito.

Así mirando el marco de cerca no invita al optimismo, parece la típica escena de un bar de mala muerte donde un Jaime Roos aúnando nostalgia y tristeza recuerda lo que ya no importa, nuestro  protagonista me evoca un marinero galo que no logra ubicar su casa, un perdedor que disfruta de un instante de vacío, un Pierrot incapaz ya de soñar imposibles.

Es curioso que yo bastante hater de las recopilaciones no haya podido resistirme a ésta de fragancia tan gutural, porque por encima de todo Brindis por Pierrot es el tema homónimo que petó las ondas radiofónicas uruguayas a finales de 1985, pero también es un greatest hits de los experimentos de su autor fusionando el pop y la canción de autor con otras de corte más popular como tangos, murga, candombe que se extienden desde el año 77 hasta el 84. Así esta obra se erige como un mural de la fusión de los palos charrúas con sus temas más sempiternos: bohemia, fútbol, carnaval, exilio y derrota. Por mi parte tomo esta copa lejana de changüí ( en lunfardo: como otra oportunidad) y recupero mis pesquisas de hace tantos meses, les invito pues a garronear esta música tan negra como criolla, tan española como oriental.


                                                  CARA A


El bombazo que fue "Brindis por Pierrot" no emergió de la nada, hacía tiempo que Jaime Roos le daba a vueltas a su idea de murga-canción o murga-beat  y eso le juntó con Raúl Castro de la mítica Murga Falta y Resto que quería renovar la murga pero respetando su alma, de ese coito ya rompe algo el panorama la maravillosa "Adiós Juventud" (1982) allí entre el batiburrillo murguero aparece un tal Washington Canario Luna que había entrado en la murga a cambio de una bicicleta. De ese triunvirato: Luna, Roos y Castro emergerá este temazo tras 22 meses de escritura frenética de Roos que respondía a la petición del Canario para que le escribiese una canción. Pero y más importante también fue el momento, Uruguay se liberaba tras 12 años de la cruenta dictadura y quizá requería de un himno, algo que reconciliase esas dos orillas de historia separadas por una zanja. Gran parte de los uruguayos desconocía mucho de los nombres murgueros que aquí se citan, no hay que olvidar que la represión de ese paréntesis terrible había hecho suyas muchas de esas formas populares mientras que otras trataban eufemísticamente de arañar la facha de sus verdugos siempre de manera velada, jugando a la pica (escondite)


Asomamos en una decrépita cantina habitada por bohemios, perdedores y borrachos y tras las presentaciones ya abre el solista haciendo memoria con rasgueo de tango a boxeadores (Dogomar, Mario Benítez), murgueros (Molina, La Gran Muñeca, Línea Maginot) y acontecimientos o personajes rocambolescos (porteños ocupando el Liberaij, Martíncorena), sin olvidar ese pequeño guiño maltrecho al senador asesinado Zelmar Michelini. Reivindica como dice su autor la vida jugada (al límite) sin retaguardia, los cafés amontonando perdedores reincidentes y horas muertas sin oficio ni beneficio en el casín ( billar). Es como darse un chapuzón en el lodazal de la decadencia sin arrepentimientos ni salvación: "Oigan al payaso que canta / cúantas penas en su garganta / junto a su copa de licor - Solo / esta noche no tengo ni tumba / sin embargo el que canta soy yo"

No más empiezan esos rasgueos aparecen el bombo, redoble y platillos de entrechoque marca indiscutible de la murga, la Murga Uruguaya descendiente de "La Gaditana", se conforma como una mezcla de teatro musical de tintes autoparódicos y de crítica social durante el carnaval ( de enero a marzo) que va representándose por los distintos barrios de las poblaciones, podemos distinguir en todas ellas una presentación: polifónica y hecha a capella (clarinada) con final de música instrumental, el popurrí: en el cual se exponen temas de crítica tanto propia como foránea, el cuplé: que es la parte propiamente actuada con recitados y dos o tres personajes o algo, en ella se refuerza lo antes cantado y por último la retirada: que sería como una coda de despedida donde se trata de darle la vuelta al popurrí mirando con esperanza la sanación de esas heridas con una melodía de gran pegada y letra accesible que culmina con la bajada de los propios murgueros sin dejar de cantar aunque estén abandonando el escenario logrando un efecto épico. Este tipo de murga se ha beneficiado además del fecundo crisol rítmico-melódico que salpica Montevideo sea candombe, tango, milonga o lo heredado de Cádiz.

Este tema representó lo que yo llamaría una murga de bolsillo, hubo como veremos enseguida otros intentos, otras creaciones en esta línea pero "Brindis por Pierrot" como dicen algunos de sus protagonistas reventó en su entreno en Telecataplum aquella Navidad del 85. El Pierrot callejero, el heredero trasnochado de la Commedia dell'Arte, el amor no correspondido, divaga aquí con la conmovedora voz del Canario y el colchón brillante de la Murga Falta y Resto por toda la cultura ruinosa lunfarda, tiempos mejores, tiempos tenebrosos: "se van se siguen yendo / cuesta abajo los sacude el viento / como hojas de un sueño otoñal / levanto mi vaso por las dudas / a veces la suerte me ayuda / nadie golpea el zaguán"

Apreciamos entre la niebla esas partes, hay recitados, ritmo cariacontecido, ingredientes del candombe y ese diálogo a veces cruzado otras coral que jalona la canción. Se asemeja a un concentrado de murga que aspira a una especie de metafísica de ese movimiento en un instante, trayendo recuerdos de aquí y de allá sin pretensiones con todo su patetismo y su frágil bandera.

"Te largan a la cancha sin preguntarte si querés entrar. Por si fuera poco de golero, toda una vida tapando agujeros" En conclusión trae a escena la derrota por la derrota, la soledad a solas como única mudanza de libertad en medio de la displicencia general, y en última instancia saca su Pierrot ebrio un túnel de voz para rematar en medio de la culpabilización de una sociedad estigmatizada : "A solas sí... a solas pero viviendo la vida, gozándola..."  Basta esta frase para toda una vida por delante sin rejonear el pasado o a los vecinos de al lado...

Jaime, Canario y Raúl entrelazaron sus visiones de murga en este hit atemporal :el primero quería empapar sus inquietudes con ese pálpito de raíces sin retirar nada de la marmita ( candombe, beat, milonga, murga, canción protesta, tango), el segundo comería con aceite a expensas de su campanazo en este brindis, él venía de palos muy ortodoxos y estaba dispuesto a reinstaurar toda la tradición sin temer la nueva ola y el último quería inyectar a través de la renovación y el eclecticismo esa libertad que las murgas habían disimulado u olvidado.

En la prospección de ese momento milagroso su autor confiesa solemne que no podría escribir hoy algo de ese calado, de ese dolor tan vivo y tan suicida; el protagonista permanece fiel a esa decadencia sin victimismos, ya sin disfraces o mascaradas, desnudo e insolente y por último esa persona que arrimó esa eclosión de creador e intérprete aparece orgulloso y emocionado libre de redenciones y cicatrices.

Ya ni modo con la posteridad de esta canción, para crear algo así no hay garantía de supervivencia, es caer y que el azar te aplaste o te recoja.


Viajamos en el tiempo con "Los Olímpicos" traído de su disco Aquello de 1981, era el primer intento serio del músico de operativizar la murga canción, alguién se refirió a la misma como Murga de Cámara. Desde su parsimonioso exilio en Normandía reúne la percusión ad hoc y algunas voces adornando murguísticamente esos preparativos de carnaval, que no pueden contener el recuerdo de aquellos mundiales de fútbol ganados por la selección patria en Colombes y Amsterdam y, a su vez oponiéndolos sutilmente al exilio, a un pasado glorioso, a esa melancolía latente que no quiere mirarse en el espejo: "Y sin embargo recuerda/ las cosas por la mitad / se olvida las que pasaba / antes de irse para allá". 

La introducción guitarrera a media voz simula la presentación para fundirse con el coro en estrofas que asemejan un cuplé, ritmo de candombé sostenido y ese efectivo párrafo de uruguayos que coquetea como retirada. Son representaciones imprecisas del esquema en una reproducción entremezclada de los 3 tiempos tan practicado en el pop y el rock, pura fusión que esboza en trazos discontinuos la esquizofrenia resultante de un ostracismo fáctico no asumido y aún peor indefenso, rendido . Y es así como a ritmo carnavalero se intenta refundar un pasado que no puede restaurarse de origen y aún menos regenerarse afuera. Descubre aquí el cantautor otra de sus facetas más sobresalientes, una maravillosa paleta costumbrista con que logra detener el tiempo en escenas muy reveladoras y a la vez gastadas, en este caso el exilio económico fruto del advenimiento de la dictadura.


Del mismo título y con vocación de bolero  "Aquello" se enfunda el traje de canción popular, bastión entonces de la izquierda más reivindicativa, y con la sentida voz de José Carvajal "El Sabalero" vestida por ese bandoneón tanguero y unas congas candombeadas ( ya hablaremos de la percusión en el lado B) diluye tenuemente diapositivas de represaliados y desterrados: "Dicen que se fue / dicen que está acá / dicen que se ha muerto / dicen que volverá" Pese a esa tragedia la vida sigue barruntando sus miserias, sólo hay destellos, imágenes retorcidas que retrotraen "Aquello" que nadie quiere expresar pero que es imposible quitar. "En la melodía que tocan a veces / pidiendo tijeras a la población / el barrio respira los tiempos de antes / las nubes de otoño aquella ilusión".
Eludiendo definiciones siempre problemáticas sea milonga sea tango cuyas diferencias con los siglos son matices caprichosos, este tema es de nuevo una fotografía precisa de esa impotencia que no renuncia a sus decorados más sombríos, a esas ganas de gritar sin aire en el zurdo (corazón) en medio de rutinas clarificadas, perfectamente impasibles. Conmovedor.





Si nos vamos más hacia atrás, concretamente haciendo una parada en Para espantar el sueño (1978) emerge lúgubre la misteriosa "Retirada", fue en esta prospección que comienza algo ensimismada donde su autor mira por primera vez artísiticamente a la fusión con elementos de murga y espíritu carnavalero. Como ave fénix se nos revela una tonada atravesada por múltiples aristas y perspectivas: 

-La primera el desarraigo de la madre patria descrita con tanto gusto en frases como: "Recordaron sus labios / la diferencia / del gusto del café /  ...El mundo es uno solo / y las nostalgias espejismo nomás". Juega así también con el concepto dentro de la murga: "era una retirada que al despedirse quiere regresar", así pasa con la deportación, el anhelo de la tierra que aunque es una pequeña derrota no es la definitiva, es un paréntesis, el regreso parpadea como un faro en medio de la noche.
-En segundo lugar la reproducción de la estructura musical de una retirada murguera: ese comienzo dubitativo con suspiro de guitarra, la voz susurrante a modo de confesión y cómo irrumpe el estribillo pronto convertido en fade out.: "se va se va la murga / aunque ya nunca / pueda decir adiós"
- Por último parece ilustrar el propio proceso de composición de la  Retirada, su significado más profundo.

Poderosa y mágica, atención a esa vibración del bajo grave in crescendo, la destreza de Jorge Trasante en cómo rompe esa intimidad con bombo, redoble y platillos y sin olvidar esa especie de fraseo contextualizador de Daniel Haedo como si fuera el animador de la verbena. Este fue sin lugar a dudas el km 0 del afán ecléctico de Jaime Roos sobre la murga beat, algo que encierra bastante más complejidad que hacerlo con el candombe o el tango empezando por mayor sencillez de componentes y desde luego una bibliografía de experimentos precedentes más abultada.



CARA B

Le damos la vuelta al plasticazo, pero antes y esperando que nadie se haya dormido en la deconstrucción como el compadre de la cantina, es el momento de darle al candombe. A ritmo de cuatro negras por compás con clave 3:2 a través de sus fieles chico, repique y piano (tambores desde el más agudo al más grave) todavía pervive la celebración de estos ritmos africanos en el fastuoso Desfile de las Llamadas en  los barrios Sur y Palermo de Montevideo, otrora puerto de esclavos ( S.XVIII y XIX),y que recogía este modo de comunicación tribal entre ellos en lugares especiales llamados tangós ( hoy ya no es un secreto que de la fruición de milonga campera y candombe aparece el tango). Este estilo más gutural será otro de los ingredientes principales con que el creador jalonará sus recetas como veremos a continuación.

Sería en Candombe del 31 (1977), para más señas,  donde aparecería por primera vez este corte tan prototípico del autor, "Cometa de la Farola" que se regrabaría para esta ocasión dejando de lado esa mayor contundencia y ambiente rústico de la original para suavizarla con ese sintetizador que impregna esa brisa del samba brasileiro. De hecho si cualquier lego se pone a ver un Desfile de las Llamadas durante la época de carnaval enseguida lo relaciona con el brasileño y no solo por proximidad fronteriza o por los atuendos, es ese ritmo primitivo y contestatario que inundó Río de la Plata y que en Brasil conserva su carácter religioso.




Mencionábamos antes cómo este tema es tan representativo por la radiografía que ofrece del momento, sus queridas referencias futboleras y esa pátina que mezcla lo más terrenal, la victoria del club favorito de Jaime el Defensor Sporting en 1976, con actos más románticos como izar una cometa con todos sus ritos y magia.

"Dale que sopla torcido /  no se te vaya a caer / que cose y que pinta y que linda que está / que tira y que tira y qué lindo que va / polleras de trapo marcando el compás / cañas ligeras que saben volar/ dale más piola que llega hasta el sol".

Obviamente si no fuese por mis colegas charrúas jamás hubiera advertido que ese "Violeta pintada" hacia referencia al club, la fecha posterior a su triunfo y lugares como el "Parque Rodó" eran el escenario de esa estampa preñada de bucolismo y añoranza ( él se encontraba en París cuando suceden los hecho). Para mi no dejaba de ser una vaporosa canción de amor, o una alegoría del país imaginado desde una dolorosa distancia, o en un plano más alto como ese cometa que puede divisar esos claroscuros imperceptibles desde el suelo.

Tras una intro algo tímida arrecia esa batería emulando el marcha camión, que es un ritmo básico murguero que se tocaba durante los desplazamientos en camión de las murgas a los diferentes escenarios; seguida por un piano abducido de candombe y esos sintetizadores que parecen viajar a Itapoa.




Si existe un culmen de este modo de serigrafiar la rutina de sus barrios, sus miserias, sus sueños rotos y sedientos es este "Durazno y Convención" parte de su disco anterior Mediocampo (1984) que enfrenta dos voces la de Roos ( por Durazno) y la de Jorge Vallejo ( por Convención) y dos calles principales que se cruzan en una suerte de ecuador de influencias musicales, rutinas hechas pedazos y contrastes salpicados por ritmo de congas y teclas, sin olvidar en su son un guiño a la antigua Marcha de Los Morenos.

Ambas calles se estrellan en el mar, emerge Durazno cabalgando a lomos del candome beat y metáforas más inofensivas que la de su homólogo de Convención que con una rendición absoluta a ese lado más tropical y salsero se rinde a la decadencia de sus rincones: "la vida como siempre dura / la noche como siempre oscura / por la calle Convención ... / "Baldosas partidas hace años / recuerdos que me hicieron daño"

Una clase pues de orfebrería a la hora de asomarse a la confluencia de diferentes barrios que se cruzan en un punto, con el mar como ansiolítico y cómo se oponen ese estilo más solemne y marcado de Durazno con el más ingenuo y liberado de Convención.

"Murga de la Pica" es el único tema original de este compilado junto al homónimo salvando la nueva versión de "Cometa de la Farola" y como tal pues no le va a la zaga, parece casi una especie de interludio somero a la más apabullante "Los Futuros Murguistas" partiendo del juego del escondite (juego de la pica en lunfardo) parece referenciar levemente  la decrépita situación de un país que regresa a la normalidad democrática y la necesidad de recuperar esa estabilidad en el modus vivendi con acceso a oportunidades y a mínimos servicios: "lo que la gente quisiera es vivir como la gente..."

Se asemeja a una retirada murguera bien golpeada por la percusión e intervenciones difuminadas de distintas voces, y queda algo anodina en el conjunto, siendo más una coda de transición.





Con más empaque y duende "Los Futuros Murguistas" también de Mediocampo es casi el segundo ensayo previo que explotaría un año despúes en "Brindis por Pierrot", murga al completo Falta y Resto y sus múltiples voces entrelazándose caprichosas y exactas,solista por Jorge Todeschini, tercia por Canario Luna, primos, segundos y sobreprimos acompañan a Jaime Roos en su relato de la preparación del carnaval.

El corte también es una reivindicación de la murga en plena oscilación democrática, de hecho el tema está grabando en los estudios de La Batuta en Montevideo, asegurando así la pervivencia del espíritu del carnaval : "iluminando el pasado/ desafiando al futuro / denunciando el presente / con un simple ritual / los futuros murguistas / van a ver cada noche / a la murga ensayando / el futuro carnaval".

Derrocha una fuerza y convicción que relega ese anhelo ofuscador de otros experimentos murga pop como "Los Olímpicos", "Adiós Juventud" o el mismo "Brindis por Pierrot". En apenas dos minutos escasos se conduce arrolladora con ese oxímoron latente de "La murga vive / nadie la enseña en ningún lugar" o con esa pincelada poética que puede resumir toda la idiosincrasia creativa de su autor en: " Les hablará de su infancia / cuando llegue el momento / sin decirlo en palabras / sin nombrar el dolor / bastará con su acento / en la noche estrellada / en la cuerda de primos / con un pueblo alrededor".





El primer experimento completo de murga canción con murga al completo ( Falta y Resto), las múltiples voces murgueras y todos los juguetes instrumentales precisos ( redoblante, bombo y platillos sobretodo) es este sublime "Adiós Juventud" del trabajo Siempre son las Cuatro (1982) que por su significado, contexto y mayor universalidad se me antoja aún más valiente e infinito que el que abre el disco.

A pesar de sus continuas referencias lunfardas y geográficas ( Barrio Sur, Cuareim, Borocotó, Marabú y otras menos exóticas), no es complicado sentirse tocado por versos como los que siguen: "Adiós juventud / no puedo esconder las canas / adiós juventud las ganas / de volver a salir / a marcha camión / a grappa y limón / me queda un verso por decir / antes de partir / adiós corazón... / ... el tiempo no pasa en vano ". Como tantos otros poetas, el cantante se despide inevitablemente de esa energía, de esa fe viva y pasada que no puede enderezarse en el nuevo escenario. No hay que olvidar que Uruguay seguía sumida en esa condena silenciosa y terrible de la opresión y aunque este tema también fue grabado en Montevideo, esa despedida incierta y necesaria mira de reojo a esos años en que la sociedad respiraba sin ataduras, sin remordimientos como reza en : "Parece mentira las cosas que veo / por las calles de Montevideo"

La letra sigue casi profetizando el próximo éxito : " el cuerpo ya no responde / adiós juventud adónde / voy a ir si no estás / parezco un Pierrot / qué triste quedó / con el recuerdo de un disfraz / que no sirve más" . Toda esta lírica tan precisa  y la colaboración de Telecataplum en su programa Por las calles de Montevideo, donde se visionaban escenas pintorescas de sus barrios, y que tomaría la coda-retirada de la canción como banda sonora auparon este tema a los altares, no sólo como becqueriana partida de los disfraces más efervescentes y atrevidos de nuestra vida, sino casi como himno charrúa de tantos sinsabores y recomienzos. Para cantar hasta hartarse desde los 35 hacia arriba.


Lo que agrupó Jaime Roos en este disco fueron cortes decididos a apostar por la fusión y el eclecticismo, a seguir avanzando pero tomando estructuras que estaban impregnadas en su adn y que funcionaron a la postre, queriendo o sin querer, como una acariciante memoria de lo que su país podría perder si no había un vuelco, si no reventaban todas las zanjas, las torturas y la connivencia aterrada de sus habitantes.

Desde el club Congreso y con esa filmación agrestre y cutre pero a la vez poderosa "Brindis por Pierrot" dio lugar a esa hecatombe nuclear que igual celebraban jeeps snobs con su música a todo trapo que clases más humildes ansiando más oportunidades o los propios inspiradores de su letra vividores y naúfragos de mala vida que se reflejaban certeramente en su espejo. Todos tenían algo que gritar y confesar arrepentidos en ese fugaz instante, el contenido podría seguro desvirtuarse en la voz de unos u otros pero no el continente, no la música no ese ritmo arrebolado y roto.

Hilando con lo de arriba, ésta es la razón por la que alguien, y a pesar del estupor de su patrocinador e iguales, de repente se apasiona con algo tan lejano y a la vez ajeno. Aquí los topónimos, los nombres y en definitiva las palabras importan muy poco, son matices, efectos de iluminación y enfoque, es la música, su herida rítmica, sus palos primitivos que arrancan unos sentimientos por otros y nos hacen transferir esas ceremonias a otras vivencias, a otros crímenes que no hemos resuelto.


Os animo pues a acercaros a esta zozobra sonora como quien podría de repente coger un disco de la psicodelia británica o del rock andaluz, hay mucha enjundia y mucho que aprender en sus surcos, olvidar no queremos y recordar pues depende de la chanza. Por mi parte me retiro con este ay uruguayo tan bien manido a cuenta de que algún día abrace sus calles, me atraviesen sus errores y guiado por esa fraternales conversaciones con Rodrigo y Dani pueda escribir algo al paisito hermoso e inservible a partes iguales.

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